Primero se extrae la sangre al paciente (10 – 20 cm3) y se centrifuga para separar el plasma del resto de la sangre. Dicho plasma vuelve a ser centrifugado para separar el plasma pobre en plaquetas y obtener el plasma rico en plaquetas.
Este PRP obtenido tiene una alta concentración de factores de crecimiento que se vuelven a inyectar al paciente por medio de mesoterapia (inyecciones intradérmicas) o infiltración en la piel (inyecciones en tejido celular subcutáneo) y también mediante el equipo Nanopore Turboroller.
Estos Factores de Crecimiento son los que ayudan a regenerar la piel.
La mayoría de los pacientes mejoran con esta técnica ya que, al ser parte de la sangre del propio paciente, no existe intolerancia ni rechazo ni reacciones adversas.
Es un tratamiento recomendable cuando la piel del paciente comienza a perder potencial reparador (a partir de los 30 años) o cuando empiezan a aparecer signos de envejecimiento, vinculados al fotoenvejecimiento, tabaquismo o estrés.
Este tipo de técnica, al estimular la generación de colágeno, se puede utilizar para diferentes tipos de tratamientos estéticos: eliminar arrugas finas, suavizar las manchas provocadas por el acné, suavizar y minimizar cicatrices, quemaduras, heridas abiertas por úlceras venosas…
Los efectos del plasma rico en plaquetas tienen una duración mayor que otro tipo de técnicas. Los resultados se pueden apreciar a partir de los 20 días desde la primera sesión, aunque a veces son necesarias varias sesiones.