Mis 3 tratamientos favoritos para la flacidez del cuello
¿Te preocupa la flacidez del cuello y sientes que ninguna crema hace lo suficiente? Es algo totalmente normal, porque la piel del cuello es fina y pierde firmeza con los años. Por suerte, existen tratamientos efectivos y personalizados que realmente funcionan.
Hoy quiero contarte sobre los 3 que más me gustan, tanto para mis pacientes como para mí misma: hidroxiapatita cálcica, Profhilo y hilos Anchor.
Son los que me hago en mi propia clínica porque sé que dan resultados visibles, seguros y duraderos. Además, son rápidos y no requieren tiempo de recuperación, lo que los hace perfectos para cualquier rutina.
1. Hidroxiapatita cálcica: regenera y reafirma tu cuello
La hidroxiapatita cálcica es uno de mis favoritos absolutos. Este tratamiento combina la capacidad de rellenar pequeñas depresiones en la piel con un potente estímulo para la producción de colágeno. Lo utilizo muchísimo con mis pacientes, y en mi propio cuello me ha ayudado a mantener la firmeza con un aspecto natural.
¿Cómo funciona?
Se aplica mediante microinyecciones en las zonas donde la piel ha perdido elasticidad. Lo que hace es actuar como un bioestimulador, ayudando a que tu piel “trabaje” regenerándose desde dentro.
¿Qué puedes esperar?
- Una piel más firme y densa.
- Resultados progresivos que duran entre 12 y 18 meses.
- Mejor definición del contorno del cuello y la mandíbula.
Este tratamiento es ideal si quieres resultados duraderos y prefieres evitar procedimientos más invasivos.
2. Profhilo: hidratación intensiva que revitaliza
Si prefieres algo más ligero pero igual de efectivo, Profhilo es otra opción que me encanta. Este tratamiento es un inyectable de ácido hialurónico ultrapuro, diseñado no para rellenar, sino para hidratar en profundidad y devolverle a tu piel elasticidad y luminosidad.
Yo misma me hago Profhilo cuando siento que mi piel necesita un “boost”, y lo recomiendo a pacientes que buscan algo natural pero efectivo.
¿Cómo se aplica?
Son dos sesiones separadas por un mes. Se inyecta en puntos estratégicos del cuello y la mandíbula, y desde ahí el ácido hialurónico se distribuye de manera uniforme.
¿Qué resultados notarás?
- Una piel más tersa y luminosa.
- Mejora de la textura y elasticidad desde la primera sesión.
- Es perfecto si notas que tu cuello está “apagado” o con líneas finas.
El gran plus es que no necesitas ningún tiempo de recuperación: ¡puedes volver a tu rutina de inmediato!
3. Hilos Anchor: el lifting sin cirugía
Finalmente, los hilos Anchor son mi gran aliado cuando se necesita un efecto lifting inmediato. En mi caso, los uso como complemento a los otros tratamientos, y a mis pacientes les encanta por el cambio tan visible y natural.
¿Qué hacen los hilos Anchor?
Se colocan bajo la piel para tensar y reposicionar el tejido. Además, estimulan la producción de colágeno en las semanas siguientes, mejorando aún más los resultados con el tiempo.
¿Qué beneficios tienen?
- Un efecto lifting visible desde el primer día.
- Reafirmación del cuello y redefinición del contorno facial.
- Resultados que duran hasta 18 meses.
Los recomiendo para pacientes con flacidez moderada a avanzada que buscan un cambio real sin pasar por quirófano.
¿Qué tratamiento es mejor para ti?
La elección depende de tus necesidades y tus objetivos:
- Hidroxiapatita cálcica si buscas un tratamiento regenerador y duradero.
- Profhilo si prefieres algo sutil y súper natural.
- Hilos Anchor para un efecto lifting inmediato y sostenido.
En mi experiencia, muchas veces lo ideal es combinar dos (o incluso los tres) tratamientos para obtener un resultado integral y personalizado.
¿Por qué confío en estos tratamientos?
Porque los he probado tanto en mí misma como en mis pacientes. Cada uno tiene algo especial, y lo mejor es que podemos adaptarlos a lo que realmente necesitas. Si decides venir a consulta, primero evaluaremos tu caso para elegir lo que más te conviene.
Recuerda que en la clínica trabajamos siempre con productos de máxima calidad y bajo estrictos protocolos médicos. La seguridad y la naturalidad son prioridades para mí, tanto como lo son para ti.