Cómo se defiende nuestra piel de las agresiones medioambientales
Hoy me he levantado recordando una entrevista que me hizo Jana Fernández (que por cierto, os animo a que la sigáis porque, a parte de ser una gran profesional, los podcast que tiene en su web son super interesantes!) sobre “Cómo afecta el sueño a la salud y belleza de nuestra piel” y me ha recordado un tema que estuvimos hablando en la entrevista y me gustaría hablaros, porque me parece que es un tema bastante interesante.
Nuestra piel esta creada para defenderse ante todos los agentes ambientales (radiación ultravioleta, contaminación, tabaco, radicales libres…), sus múltiples funciones van encaminadas a ello.
¿Cómo nos afectan la contaminación y la mala calidad del aire?
- Reducen los niveles de vitamina C y E, que son antioxidantes naturales.
- Disminuye el oxigeno aportado a los tejidos.
- Aumenta la generación de radicales libres, lo que nos provoca la aparición de arruguitas.
Nuestra piel tiene una función principal de barrera para defendernos de microorganismos, bacterias, hongos… y, a eso se va a enfrentar sobre todo durante el día. Además, nuestra piel es el órgano principal del tacto, de la sensibilidad, nos ayuda a regular la temperatura, ayuda a regenerar las heridas…
¿Cuáles son sus mecanismos de defensa?
Para que nuestra piel pueda realizar todas estas funciones necesita de energía, esta energía la obtiene de una reacción química que es el mecanismo de oxidación. Se llama oxidación porque se hace en presencia de oxígeno, esto lo realizan las células de la piel para poder obtener energía y así pueda la piel realizar todas esas funciones.
La oxidación, en general, es algo bueno pero genera también unas moléculas que se llaman radicales libres que son moléculas inestables que en un numero racional son normales y necesarias para combatir microrganismos.
Pero, una vez que han cumplido su función, nuestro organismo tiene que eliminarlos, y los elimina mediante nuestros antioxidantes naturales.
Cuando se generan radicales libres en exceso o bien cuando el organismo no tiene suficientes antioxidantes, lo que ocurre es que estos radicales libres empiezan a dañar a la estructura de las células, atacan a las proteínas que generan las células (queratina que son responsables de la integridad de la barrera cutánea) y también atacan al ADN: la célula puede morir (contribuyendo al envejecimiento de nuestra piel) o puede sobrevivir mutada con el riesgo de que esta mutación degenere en transformación maligna.
Sin embargo, cuando las condiciones externas son peores (como hemos dicho antes: contaminación, tabaco…), nuestra piel no da a basto con sus mecanismos de defensa actuales para poder defenderse bien. Estos mecanismos de defensa son los antioxidantes naturales que tiene la piel, que los obtienen sobre todo de lo que ingerimos.
Entonces la piel utilizara antioxidantes naturales para defenderse de esa oxidación, de esos radicales libres y podrá hacer bien sus funciones si tiene un aporte extra de esos antioxidantes, porque sino no va a poder realizarlo y envejecerá de una forma más acelerada de lo que debería.
Otro mecanismo de defensa que tiene la piel, muy especifico de la radiación ultravioleta, es la activación de la melanina.
La activación de la melanina es un mecanismo natural. Cuando somos jóvenes la melanina se distribuye de forma homogénea, pero con la edad, los melanocitos que son los encargados de producir esa melanina, ya están un poco dañados y esa producción de melanina no es tan uniforme y empiezan a aparecer ronchas o manchas. Las manchas que se nos activan cada verano, no vienen del daño de ese verano sino de que nuestras células ya son más viejas.
La producción de melanina es un mecanismo de defensa, no es que sea algo bueno para la piel. La activación de melanina produce un desgaste en los melanocitos, hacen que envejezcan y el bronceado que tanto nos gustaba se transforme en manchas.
Hay un mecanismo que suele ser bastante desconocido porque, lo de que la piel se agrede desde fuera nos queda bastante claro con la polución, contaminación, el tabaco…, el estrés y la falta de sueño, digamos que viene mas desde dentro, pero también hay otra cosa que la daña desde dentro y es el azúcar que ingerimos. El azúcar para nuestra piel y se ha visto que acelera el envejecimiento.
Resulta que el azúcar que va circulando por la sangre, reacciona también con una reacción química diferente a la oxidación que he explicado antes, y se llama glicación. Esta reacción química directamente rompe el colageno y la elástina, que son proteínas de nuestra piel y están en las capas mas internas.
Lo ideal es ayudar al organismo y suplementar de antioxidantes mediante los alimentos y los cosméticos.
Nuestra alimentación diaria es muy importante para que el proceso de envejecimiento de nuestra piel vaya más lento o más rápido y esa agresión hace que la piel durante el día, tenga que trabajar de más y en exceso para defenderse.