Hoy quería escribir sobre un tema que lleva un tiempo hablándose mucho de ello en redes sociales (sí, ya sé que se lleva hablando sobre ello mucho tiempo, pero últimamente estoy escuchando más acerca de este tema).

Me gustaría hablar sobre la Gordofobia y, sobre todo, lo que me gustaría es confesaros que tengo gordofobia. Dejadme que os explique mejor.

Para aquellos que no hayan oído hablar sobre este término, os cuento que la gordofobia consiste en discriminar y minusvalorar a las personas con sobrepeso. Pero también se refiere a las personas que no están gordas pero que hacen todo lo que esté en su mano para no estarlo, lo que está asociado a problemas de alimentación o problemas mentales relacionados con la obsesión por estar delgados.

Ya sabéis que este verano mis pensamientos han ido sufriendo una serie de cambios que me han llevado a descubrir que tengo gordofobia sobre todo ante mí misma y es algo que me he propuesto cambiarlo.

Reconozco que esto no es nada fácil. Llevo desde los 25 años luchando por estar más delgada de lo que mi cuerpo me dictaba. Otros años después de vacaciones me ponía en dieta estricta porque siempre había cogido unos 3 kilitos de más.

Este año he cogido algo más porque he comido lo que mi cuerpo me pedía, comida saludable y deliciosa al mismo tiempo, y con 0 sentimiento de culpa.
¿Y sabéis qué? Que me he negado ponerme a dieta.

Por supuesto he tenido que ir a comprarme ropa porque no me vale prácticamente nada y cada día me toca hacer un proceso de reconciliación con mi cuerpo, y me convenzo a mí misma de no volver a someterme a estrés emocional por querer perder peso.

Yo sigo disfrutando de mi comida saludable y haciendo ejercicio sin obsesionarme. Si pierdo peso genial y si no, pues tendré que ir cambiando mi vestuario poco a poco. Tenemos que cuidar nuestro cuerpo y nuestra salud mental.

¿Hay alguien que se sienta identificada conmigo? Me ayudáis mucho si me contáis vuestras vivencias en este sentido.