Después de disfrutar unos días de la vida en Londres, paseos, cafeterías, metro, restaurantes… He observado que muchísimas mujeres en esta maravillosa ciudad tienen acné de mujer adulta.

A ver… es que no lo puedo evitar, voy paseando y me voy fijando en las pieles de la gente. Pues bien, esto parece tener una causa y es el difícil acceso al dermatólogo.

El día que estuve pasando consulta con Iñigo hablamos mucho sobre la situación de la dermatología en Inglaterra.

Hay muy poquitos dermatólogos en Londres y resto de Gran Bretaña. Los pocos que hay tienen consultas muy elevadas de precio.

Haceros una idea: los sueldos en Londres son el doble que en España, pero la consulta con un dermatólogo es el cuádruple que en España.

Muy poca gente acude al dermatólogo salvo que esté fatal. Se las apañan como pueden con cosmética, centros de estética, médico de familia, medicina china (así nos lo contaba una paciente el día que acudió a consulta con Iñigo)… pero rara vez acuden al dermatólogo.

Mi amigo Iñigo, que tiene muchos pacientes, ayuda a acercar la dermatología a la población general.
No sabéis la suerte que tenemos en España con tan numerosos especialistas en Dermatología y súper especializados en: estética, tricolología, cáncer cutáneo…

Hace 10 años cuando estaba a punto de abrir mi clínica Dermaforyou estuve rotando con él en su clínica de Barcelona y fue una experiencia súper gratificante. Iñigo tiene una forma de ver la dermatología diferente, dando mucha importancia a los tratamientos complementarios de su equipo y sabéis que ese formato va también mucho conmigo.

En este caso, me interesaba ver el cambio cultural, el tipo de consultas dermatológicas que se ven en una de las capitales europeas más importantes, el modo de comunicarse con los pacientes…
Toda esta serie de perspectivas diferentes dentro del ámbito de mi especialidad me interesan muchísimo.

Hace 6 meses hable con Iñigo y me dijo que me aceptaba encantado en su consulta en Londres.

Es un magnífico anfitrión. Te hace sentir cómoda. Nuestras conversaciones entre paciente y paciente han sido muy enriquecedoras y sí, me he llevado una buena carga de bien hacer, de saber comunicar, de empatizar con un paciente que culturalmente es muy diferente al que yo veo en mi consulta.

Por otro lado Londres en verano tiene una luz especial, con sol y calorcito es como una ciudad diferente,  deja mostrar su belleza en su máximo esplendor.

Y como siempre, esta experiencia en familia, mucho mejor.