Peeling: Una piel bella, una piel sana
Todos los que me conocen como dermatóloga saben que los peeling químicos son uno de los cuidados de dermatología estética que más realizo en mi consulta.
¿Por qué el peeling químico es tan demandado?
En primer lugar porque las ventajas que aportan a la piel son muy importantes y el coste es mucho menor (normalmente alrededor de los 100 €) que cualquier otro tipo de tratamiento de dermatología estética.
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Y, en segundo lugar, porque son muchas las pieles para las que se recomienda este tipo de tratamiento. Yo, no sólo como dermatóloga, sino que personalmente también lo recomiendo a toda mujer de más de 30 años como cuidado básico para el antienvejecimiento. La pauta recomendada es realizar tres al año, pero como mínimo habría que efectuar uno.
Además que a las pieles más jóvenes también les beneficia, principalmente a las que tienen un acné activo o marcas o cicatrices provocadas por el mismo. Y también es un tratamiento muy indicado para las pieles con manchas sobre todo para la mancha hormonal o melasma.
¿Qué se consigue con este tratamiento facial?
El peeling, al retirar las capas superficiales de la piel consigue varios efectos:
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Disminuir arrugas y líneas de expresión
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Rejuvenecer la piel al aumentar la renovación celular
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Minimizar y desbloquear poros
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Disminuir las cicatrices
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Unificar el tono cutáneo
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Exfoliación de las células muertas
Recomendaciones dermatológicas…
Lo que más os recomiendo en mi consulta son los peeling superficiales que permiten realizar una vida normal tras el tratamiento, únicamente poniendo especial atención a la fotoprotección.
A veces a aquellos que tienen una piel más fotoenvejecida les suelo recomendar un peeling medio que pela más la piel, aunque puede resultar un poco más incómodo a la hora de conciliar nuestras salidas sociales y/o laborales.
Por otro lado quería señalar que un error común es pensar que la repetición de peelings produce un daño en nuestra piel, cuando es al contrario, se ha demostrado que los peeling ayudan a activar una proteína (p53) que tiene acción defensiva sobre el cáncer de piel (según la Academia Española de Dermatología).