Hace alrededor de un año que os hablé de este tema, justo cuando comenzaba la cuarentena debido a la pandemia y estábamos todos muy estresados por el miedo, por la incertidumbre de cómo acabar con este virus, de cuánto tiempo íbamos a estar confinados en casa sin poder salir, sin ver a nuestros familiares y amigos, de cuándo íbamos a poder volver a nuestras vidas…

No os voy a hablar del virus ni de cómo rebajar nuestro nivel de estrés ni nada por el estilo. Como bien os podéis imaginar por el título de este post, me gustaría hablaros, como dermatóloga que soy, de nuestra piel y de cómo podemos mejorarla ya no solo con nuestras rutinas cosméticas (que también me gustaría ahondar mucho más en estos temas, aunque hoy no..), sino con nuestros hábitos diarios también.

Y.. ¿Por qué os cuento todo esto? Pues si seguís leyendo hasta el final, lo averiguaréis.

Ya sabéis que dormir es una necesidad que tiene el cuerpo, que la falta de sueño puede tener consecuencias graves y que, como ya os conté, es por la noche cuando nuestra piel se repara.

¿Cómo? Pues es por la noche, durante el sueño, cuando se liberan dos hormonas muy importantes: la hormona del crecimiento y la melatonina.

Ya os he hablado anteriormente de estos dos tipos de hormonas, pero os voy a hacer un breve resumen de lo que os conté para poneros en situación.

La melatonina es muy importante por dos cosas, la primera es que es la responsable de mantener nuestros ciclos de sueño y, la segunda y no menos importante, es que tiene una función antioxidante que repara las células dañadas por el estrés.

Por otro lado, la hormona del crecimiento es la que estimula el crecimiento (valga la redundancia), nos ayuda a mantener tejidos y órganos, a desarrollar con normalidad nuestros huesos y músculos, además de controlar nuestro nivel de glucosa.

Ambas hormonas se liberan en las fases tempranas del sueño, sobre todo la melanina que se libera más al inicio del anochecer. Ambas hormonas están muy ligadas entre sí ya no solo porque se liberan por la noche, sino porque la melatonina es la encargada de estimular la secreción de la hormona del crecimiento.

Pues resulta que estas hormonas son encargadas de activar la regeneración celular de nuestra piel. De esta forma nuestras células liberan colágeno y elástica y… ¿Sabíais que gracias a estas células nuestra piel y pelo están más sanos y bonitos?

Por otro lado, estas dos hormonas se encargan de luchar contra los radicales libres malos para nuestra piel que se han ido liberando a lo largo del día. Además la melatonina ayuda en la estabilización de la melanina y al liberarse previene la aparición de manchas.

Y, como os he dicho antes, ¿Por qué os cuento todo esto? Pues porque, aunque en nuestro país se vive (y se come) muy bien, tenemos unas rutinas un poco insanas a la hora de dormir y acostarnos tarde. Para poder tener una piel radiante, es necesario dormir (y descansar) 8 horas al día. Quizá deberíamos cambiar un poco nuestras rutinas y empezar a acostarnos un poco más pronto, ¿No creéis?