¿Sabes cuál es tu tipo de piel?
El post de hoy lo quiero dedicar a explicaros un poco los diferentes tipos de piel. Me explico mejor, ya sabéis que cuando nos llamáis, escribís u os acercáis a la clínica, por ejemplo, a comprar uno de nuestros cosméticos, siempre os hacemos un cuestionario para saber cómo es vuestra piel y qué principios activos se adecúan más a vuestras necesidades.
Pues bien, muchas veces os resulta un poco confuso distinguir entre un tipo de piel u otro. Es por eso que hoy quiero sacaros de dudas.
Cómo saber cuál es tu tipo de piel
Como os he dicho antes, conocer tu tipo de piel resulta imprescindible para poder tratarla con los productos adecuados.
Por norma general, la piel se define según el tipo (normal, grasa, seca o mixta) y según su estado (sensible o deshidratada).
¿Cómo saber cuál es la nuestra?
1. Piel normal: Este tipo de piel es poco frecuente. Se caracteriza por tener poros finos, pocos granitos, textura suave y lisa, sin brillos ni tensiones. Como os he dicho, es poco frecuente ya que nuestra piel tiene tendencia a experimentar fluctuaciones debidas al entorno (cambio de estación y de clima…).
Este tipo de pieles aceptan la mayoría de los principios activos que se utilizan en la cosmética, aunque no se libran de tener que protegérsela del sol con fotoprotectores!!
2. Piel grasa: Se caracteriza por la hiperproducción de sebo. Suelen tener poros dilatados, la piel suele estar brillante con puntos negros y espinillas.
Casi la mitad de la población adulta suele tener este tipo de piel. La buena noticia es que tardan más en mostrarse los signos de envejecimiento!!
Con este tipo de piel es conveniente realizar una rutina de limpieza diaria y no utilizar demasiados cosméticos (ojo! Con la utilización de productos limpiadores muy agresivos).
3. Piel seca: Este tipo se caracteriza porque la piel se encuentra áspera, agrietada, con escamas y sin elasticidad, además que todo esto provoca la aparición de líneas de expresión. Esto se debe a que no puede retener la humedad necesaria y provoca el deterioro de la función de barrera.
Para que la piel no luzca apagada y envejecida, es conveniente utilizar cremas y serum hidratantes para darle más volumen a la piel.
4. Piel mixta: En este tipo, la grasa se suele acumular en lo que se conoce como la zona T (frente, nariz y barbilla), mientras que en la zona de las mejillas la piel puede variar entre normal y seca.
Es recomendable utilizar un limpiador suave y un humectante ligero.
5. Piel sensible: La sensibilidad es una característica que puede afectar a cualquier tipo de piel. La piel sensible se caracteriza por una sensación ardor, hormigueo, enrojecimiento, descamación, escozor…
Los que me conocéis y me seguís desde hace tiempo, sabéis que por ejemplo, yo tengo piel sensible y no me vale utilizar cualquier cosmético (ni, como sabéis, puedo utilizar cualquier tipo de maquillaje).
Por eso suelo utilizar productos suaves y relajantes que no me irriten.
Hace ya tiempo que os dejé mi rutina de limpieza nocturna con el sistema LAT de Zo Skin Health por ejemplo, es un sistema que viene genial para los que tienen este tipo de piel.
6. Piel deshidratada: Este tipo de pieles experimentan déficit de agua y, al igual que la sensibilidad, la deshidratación afecta a cualquier tipo de pieles y puede ser transitorio.
La piel deshidratada se caracteriza por una sensación constante de incomodidad, tirantez, la tez apagada o carente de luminosidad.
Es conveniente utilizar productos suaves para limpiarse la cara y aplicar humectantes.
Y para finalizar, además de todo lo que os he contado, os vuelvo a repetir que es fundamental, para todo tipo de pieles, utilizar fotoprotector a diario.