El “bajón” en la piel a partir de los 50 años no llega de repente: empieza mucho antes
“Estaba fenomenal… y de repente, ¡zas!, me he dado un bajón brutal en la piel”. Esta frase, palabra por palabra, la escucho constantemente en consulta. Y cada vez que la oigo, pienso lo mismo: el bajón no es de repente. Solo que muchas veces no lo hemos visto venir.